En el corazón de nuestras ciudades, donde el concreto se encuentra con la creatividad y surge una forma de expresión única: el arte urbano. Desde grafitis bomba hasta murales con mayor elaboración y uso de materiales, el arte urbano da vida al espacio público y actúa como un espejo de la sociedad que lo rodea. Pero ¿cuál es su verdadera relación con la ciudad?
El arte urbano es mucho más que simples pinturas en las paredes; es una manifestación cultural que refleja la identidad y los valores de una comunidad, la arquitecta Isabel López Pérez lo enuncia de la siguiente manera: “El arte público es el arte de la comunidad, el que se puede ver, accesible a todos, que busca el bien común, que genera discusión, conversación y convoca a actuar a todos. Es decir, el arte público, más allá de su materialidad, debe ser un elemento que posibilite.”
(Pérez y Bourzac 2022)
A menudo, surge en áreas urbanas, donde las voces de los residentes se plasman en las paredes y el mobiliario público. En lugar de ser simplemente decorativo, el arte urbano se convierte en una herramienta poderosa para el activismo social y político, abordando temas como la desigualdad, la injusticia y la diversidad cultural.
Al pasear por las calles de una ciudad, es imposible ignorar el impacto del arte urbano en su paisaje. Los murales transforman paredes grises en lienzos vivos, mientras que los grafitis agregan cargas políticas, de identidad y arraigo. Esta interacción entre el arte y el entorno urbano crea una experiencia visual única para los transeúntes.
Pero la relación entre el arte urbano y la ciudad va más allá de la estética; el arte urbano puede revitalizar áreas degradadas, convirtiéndose en espacios que genera otro impacto positivo en la comunidad que los habita. Con el programa Unidad Mural del Espacio Cultural Infonavit, el pasado 16 de marzo se llevó a cabo la entrega del mural Homenaje a la memoria que toma como referencia las icónicas fotografías tomadas el día de la inauguración del complejo habitacional Infonavit Iztacalco en 1974, en donde se muestra un lago artificial que refería al pasado lacustre de Iztacalco. También se añadieron elementos como los árboles predominantes de la zona, así como las infancias y personas adultas que hacen uso de las áreas de esparcimiento en aquel terreno donde se encontraba el lago.
Sin embargo, el arte urbano también enfrenta desafíos, desde la represión gubernamental hasta la comercialización excesiva. A menudo, los artistas urbanos luchan por el reconocimiento y el respeto en una sociedad que suele criminalizar la práctica. Es crucial encontrar un equilibrio entre la preservación del arte urbano como forma legítima de expresión y la regulación necesaria para proteger el patrimonio cultural y el espacio público.
En última instancia, el arte urbano es un reflejo de la complejidad y diversidad de la vida urbana. Es una conversación en curso entre la ciudad y sus habitantes, una expresión de resistencia y creatividad. Al reconocer y valorar el arte urbano también apostamos por nuestra cultura urbana y honramos las voces de aquellos que la componen:
Quizá formas parte de una comunidad que piensa que las calles de su vecindario tendrían mucho mejor aspecto con una mano de pintura, un poco de proyección urbana o una banderola bonita colgada del techo del supermercado local que está acabando con las tiendas independientes. Sea cual sea tu razón para querer crear arte en los espacios públicos, una cosa está clara: una ciudad, pueblo o comunidad con más arte público y con una mezcla de historias y voces en sus espacios públicos es un lugar más saludable y representativo para vivir, trabajar, deambular, beber y soñar.
Bill Posters, 2019
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