A lo largo de la historia del arte, incidentes curiosos revelaron que diversas obras fueron exhibidas de manera incorrecta. Estas situaciones, que van desde lo cómico hasta lo embarazoso, nos invitan a reflexionar sobre el poder de la interpretación y la importancia de los archivos para corregir errores en la exhibición y conservación del patrimonio artístico. Recientemente, en la colección de arte del Infonavit se logró atribuir, rescatar y exhibir una escultura de la artista Angela Gurría. Gracias a la colaboración entre diversas instituciones, un proceso de investigación de archivo y un minucioso trabajo de conservación, hoy se exhibe Módulo de vuelo para celosía (1971) en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Aquí la historia y algunos casos similares.
En octubre de 1961, el MoMA (Museo de Arte Moderno de Nueva York) presentó la exposición “The Last Works of Matisse: Large Cut Gouaches”, en la que se incluyó la obra Le Bateau. La pieza, realizada en 1953 con recortes de papel y que muestra un barco reflejado en el agua, fue expuesta de cabeza durante 47 días sin que los curadores, ni siquiera el hijo del artista, se percataran del error. Fue una visitante, Genevieve Habert, quien, al comparar la obra expuesta con la imagen del catálogo, detectó la falla. Gracias a su observación, se corrigió la disposición de la pieza.
Otro caso ocurrió con Oriental Poppies (Amapolas Orientales) de Georgia O’Keeffe (1928), parte de la colección del Museo de Arte Weisman de la Universidad de Minnesota en Minneapolis. La pieza, que se exhibía de manera vertical, muestra dos grandes flores de amapola con pétalos aterciopelados en tonos rojos y naranjas, y un centro en púrpura intenso. En 1986, Lyndel King, entonces directora del museo, encontró un recorte de periódico de 1937 que mostraba la pintura colocada horizontalmente, lo que confirmó que había sido exhibida incorrectamente durante años.
En 2022, Susanne Meyer-Büser, curadora del Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen K20 en Düsseldorf, Alemania, quien preparaba una retrospectiva sobre el holandés Piet Mondrian, descubrió que la obra New York City 1 (1941), había sido colocada al revés por más de 75 años. La pintura, compuesta por varias líneas en azul, rojo y amarillo que se intersectan en ángulos rectos, se había exhibido incorrectamente desde 1945 en el MoMA. Posteriormente, fue adquirida por el museo de Düsseldorf en 1980, donde continuó mostrándose de la misma manera. Una fotografía de 1944, con la obra apoyada en un caballete en el estudio del artista, evidenció el error. Sin embargo, para evitar dañar la pintura, se decidió mantenerla en su posición actual.
Estos tres casos demuestran que la documentación, las fotografías, las notas de prensa y las publicaciones son referencias visuales fundamentales para confirmar información crucial sobre una obra artística. Gracias al trabajo de archivo, desde el Espacio Cultural Infonavit podemos contar una historia de recuperación y dignificación de una obra de arte perteneciente al acervo del instituto.
En 2023, se anunció que el Museo del Palacio de Bellas Artes presentaría la exposición retrospectiva dedicada a Ángela Gurría, una de las escultoras más influyentes del siglo XX en México. En colaboración con el hijo de la artista, se descubrió que el Infonavit había adquirido una obra de Gurría en esa época. Así, surgió una solicitud dirigida al Espacio Cultural Infonavit para localizar una de las piezas de Gurría: Módulo de vuelo para celosía (1971).
En 2023 el Espacio Cultural Infonavit realizó un catálogo de obra patrimonial artística del Infonavit, encontrando que algunas piezas no estaban atribuidas, entre ellas dos columnas de piedra americana ubicadas en el basamento del edificio sede. A partir de imágenes de archivo, proporcionadas por el equipo curatorial del Museo del Palacio de Bellas Artes y el catálogo Cinco años de artes plásticas, editado en 1975 por el Patronato Cultural del Infonavit, se confirmó la autoría de la pieza y que la disposición de la misma era incorrecta.
El reto fue preparar la escultura para su exhibición en la muestra “Ángela Gurría. Señales”. Esto implicó no solo restaurarla, sino también devolverle su acomodo original, ya que durante años la obra había sido exhibida separada, probablemente debido a dificultades relacionadas con su estabilidad. Con el apoyo de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), la pieza fue restaurada a partir de fotografías históricas de la exhibición Ángela Gurría. Contoy. Isla del caribe en el Museo de Arte Moderno en 1974. Estas imágenes permitieron establecer la disposición original de la obra: una columna con alas que parecen girar, creando dinamismo en una pieza de más de una tonelada.
Finalmente, en agosto de 2024, la escultura, restaurada y con un instructivo detallado de colocación, fue trasladada a Bellas Artes, donde se exhibe a partir del 12 de septiembre de 2024 como parte de la exposición, abierta al público hasta enero de 2025.
Gracias a la preservación, estabilización y divulgación de archivos, es posible recuperar la memoria cultural y artística. Los archivos son herramientas esenciales para preservar la integridad de nuestro patrimonio histórico y artístico.
No dejes de visitar la exposición “Ángela Gurría. Señales” en el Museo del Palacio de Bellas Artes, donde podrás admirar la escultura Módulo de vuelo para celosía en su disposición original.
Me gustó mucho el hecho de resaltar el trabajo de archivo al servicio del arte.
¡Muchas gracias por tu comentario Ana Cristina!
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